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Canciones

lunes, 28 de marzo de 2016

Hoy te hago el Amor II




En la claridad del día, tu cuerpo resplandece, tus ojos están cerrados y la seda te excita cada vez más, voy mordiendo tu cuello con mis labios húmedos, me paseo por tu cuello bajando hacia tu delicada clavícula llegando hasta tu hombro bien moldeado. Yo sigo dentro de ti, dentro de tu túnel y está vez tengo muy buena cobertura.

Subo la cinta poco a poco y la aposento encima de tus pezones, realizó un vaivén de lado a lado, la cinta azulada de seda transita por tus pezones, moviéndolos con delicadeza y finura, veo tus pezones empitonados.


Tus gemidos perdidos se van realzando en la cálida y extenuante atmósfera, la luz indirecta ilumina las paredes de la habitación, no dejan ninguna sombra en tu cuerpo esbelto, subo la vista y con la ayuda del espejo inclinado veo tu cuerpo, tu piel morena y los tallos bien erguidos.

No paro de besar suavemente, no paro de mover la cinta por tus pechos, y a lo lejos del pasillo de golpe suena la música de Lorena, su música armónica y su voz tan delicada rompen tus suspiros exaltados. Mi mente manda un impulso en mis manos, dejando caer la cinta encima de tus piernas, no antes resbalando por tu cuerpo, suavizando el éxtasis de tu piel.

Una vez que la cinta azulada de seda azucarada deja de moverse por tus piernas, subo tu pompis unos pocos centímetros, sin que mi sable salga de tu cueva bien acolchada. Agarro la cinta por un lado y paso la cinta por debajo de tu sexualidad, hasta que salga por tu trasero, saco la mano y agarro la cinta por cada lado, pongo un dedo encima de la cinta tocando tu clítoris, la otra mano tensa la cinta, ni muy tensa, ni muy floja.

Voy suavizando tu clítoris, notas la suavidad, el frescor de la seda, te vas acariciando tus pechos con un gesto singular que vas repitiendo, un gesto muy sutil, coges carrerilla con tus manos llegando a tus senos por el exterior, acabando hacia el interior rozando tus pezones bien puntiagudos. Las areolas están en su máxima tonalidad y su máximo relieve. No paras de hacer el mismo gesto, mientras tus ojos observan como mi dedo juega con tu sexo. La suavidad, la finura y la delicadeza del dedo enfundado con seda te pervierte la mente y el cuerpo.

Sale mi verga de tu sexo, y levanto tu cuerpo para que puedas visualizar como sale la punta del capullo por delante de tu monte rasurado, y tus labios la besan, la mojan. La escena aún te agita más, yo bajo y subo el dedo que está encima de la cinta fina de seda, también tenso la cinta y la destenso jugando con su firmeza. Voy intercambiando los movimientos, con círculos, o de arriba abajo, y también bajando hasta el inicio de la cueva sin acabar de introducirme. La seda va rozando tus labios que están hinchados y sedientos; te beso y lamo tu cuello, tú miras hacia bajo, y tus manos acarician tus senos.
La humedad del coño va empapando la cinta azulada de seda. Se van oliendo tus hormonas y tu fluido corporal, que a la vez excita mi nariz, y el fluido empapa poco a poco mi sable.

La escena dura y dura, el tiempo se obtura, el silencio es roto por nuestros gozos, voy percibiendo tus movimientos, tu ola se acerca al final de la orilla, cada vez es más alta, tus espasmos son más fuertes y más eléctricos, agarras mi dedo y lo aposentas donde te gusta más, donde más te excita. Yo lo acato y aceleró un poco más los movimientos, pero sin que sea muy rápido. Sacas la mano y te agarras a tus pechos, levantas la cabeza y cierras los ojos, la lujuria está a punto de desprenderse, como romperse la cresta de la ola, tus espasmos cada vez son más fuertes y continuos e incontrolables. Y de repente en menos de 20 segundos exaltas la voz, gritas de placer y rocías un chorro largo, fino y con mucha fuerza mojando la bajera.

Llegó tu orgasmo. Pones la mano en mi mano para que me contenga, suspiras, te relajas, y destensas tus músculos poco a poco desvaneciendo tus impulsos de tu pelvis.

Me desencadeno de la seda y sujeto tus senos, besando con más firmeza tu cuello. Me aproximó a tus tímpanos declarando en mi voz cuanto "Te Amo". Mis manos se desprenden de tus pechos, para peinar tu pelo, cuchicheo: "TE QUIERO".


Continuará...

lunes, 21 de marzo de 2016

Hoy te hago el Amor


Me acerco suavemente a tu siesta, duermes desnuda entre sabanas, te destapó tu espalda y soplo entre tus vértebras desde arriba hacia bajo, hasta inicio de tu trasero.
Te despiertas, te quedas inmóvil, cojo tus brazos y los extiendo hacia cabecero de la cama. Pongo mis manos con tus manos acariciando tus dedos, y voy bajando por tu mano hacia tus muñecas; pero mi cuerpo roza con tu cuerpo, voy llegando a tus brazos hasta llegar a tus axilas. Soplo en tu nuca y tu respiración es gemida, suspiró por tus vértebras entre espacio que ellas dejan, paseo dos soplos con más fuerza. Mientras mis yemas acarician tus costados, voy bajando poco a poco y mis suspiros y mis acaricias acaban en tus caderas.

Tu piel se eriza
tu espalda se suaviza.
Respiración excitada
con el contacto de verga empinada.


Hago el mismo procesamiento durante unos minutos, cambiando mis caricias por toda tu espalda. Tienes los ojos cerrados y cada vez que me acerco a tus axilas, levantas un poco tu cuerpo, por si alguna yema se va perdida.
Veo tus senos aplastados y recojo tu pelo, mientras mi nariz huelle tus hormonas, desatadas y desmedidas.

Me Desnudo sin que me veas
mi camisa desabrochada,
mi verga borracha,
sin que entreveas.

Alzo tu tronco y posas las manos en la pared estucada; color ocre, dejas tu pompa al aire, yo me acerco a tu sexo, y finalmente te introduzco hasta al fondo. No me muevo, mientras mis uñas cepillan tu espalda erguida, empujo con fuerza sin dejar ni un suspiro de aire entre tu sexo y el mío. Tensas los brazos para poder soportar la presión que ejerzo en tu cuerpo, desnudo y fungible.

Susurras y lujurias al aire
mientras tu cueva húmeda
da cobertura mi alameda,
yo, voy bombeando
e impulsando sangre al trabucaire,
y tu bizcocho esponjoso va babeando.


Durante unos 5 minutos voy presionando y aflojando tu cuerpo, a la vez que juego con mi lengua bífida, mis yemas acarician tus lados, y muy sutilmente el dedo meñique roza tus pezones, voy bajando mis manos por cada lado acercándome a tu vientre, a tu ombligo. Juego con los dedos como si fuera una araña, acaricio con una yema, luego con otra, así tu piel va percatando en cada momento donde estoy, donde quiero susurrar en tu piel.
Mantengo la misma postura durante unos minutos.

Entonces una vez que noto que estás totalmente excitada, te agarro tu tronco y lo inclino hacia mí, estoy arrodillado en la cama  sin dejar que la cópula no se rompa.
Entonces arqueo tu espalda y con un brazo rodeo tu cuerpo, justamente por debajo de tus senos, y mi mano soporta tu seno. Con la otra mano voy directo hacia tu timbre, y lo voy rozando sumamente desde arriba hacia abajo, poco a poco, separo tus labios he intento hacer un masaje sutil encima de tu clítoris. Tu respiración se acelera y tus senos se endurecen, a la vez que mis dedos van toqueteando tu pezón, que se va empitonando.
Me paso un buen rato masajeando y tocando a la vez que voy besando tu cuello, tu nuca.

Miro la almohada, entre la funda y ella saco una cinta azulada, de fina seda azucarada. Agarro la cinta por cada extremo,  voy rozando tu cuerpo, empiezo por tus caderas con un vaivén, como si fuera una sierra de dos mangos. Subo sin prisas; de lado a lado, escalando por tu cuerpo, una vez que estoy justamente por debajo de tus pechos, me recreo un buen rato.

Piel excitada,
con mi cincel
endurecida, y tú atada.
La suavidad de la seda
te desespera.
Con el flujo de mi pincel
retengo el vaivén,
esperando tu néctar
para sincronizar el avén.

Continuará.....

lunes, 14 de marzo de 2016

Bajo el velo


Tiéndete bajo la luz
de la flama, que sombrea tu piel
y demuda el color del buz.
Fruirás hasta el umbral y sentirás
el límite del dintel,
acompañado del calor de mis manos.

Mi jugosa lengua floral
inspira tu olor corporal.
Percibes el manto álamo
en tu llanura recolectada,
invadida en tu sombra marjal.

Los escalofríos nos invaden
en las brisas tenues,
que renuncian a la oscuridad.
En un enjambre de extremidades
siento la claridad,
tus voluminosos cualidades.

Pervierto tu sexo
al ritmo del tándem,
estrujando tu seno
en el silencio perverso,
 lujurioso encaje
en tu monte terso.

Deslizo mi mano
la cual tiene amo,
sumisa y dueña
de mi leña.

El Corazón corona, la cresta ola.
 Pulgar acaricia, en la ingle auspicia.
El meñique fricciona, la sutil zona.
Anular peina, la concha fina.
Y el índice masajea, tu labio caldea.




lunes, 7 de marzo de 2016

The Bed

Mientras miras por el ventanal
a vista pérdida, sin presencia,
rectificas poco a poco tu esencia.
Tienes la espera de un vendaval
amparado por el amor de la ciencia.

Calidez de tus ojos
atolondra mi cabeza.
Puedes nublar mi mente
agitar mis antojos.
Rendido ante dulceza
raptas mi atención.
Observas mi ente
sacudiendo mi canción.

Sí, hormona sedienta
empapas mi desnudo cuerpo,
palpitando mi agitado anzuelo.
Te acercas a mi pecho, lenta,
incandescente y atenta.
Espero tu beso natural, anhelo,
naturaleza de tus poros de menta.

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