En la altura de tus labios
en el horizonte de tus ojos
no inclino mis vertebras
para rozar tus besos afiebras.
La esbeltez de tu cuerpo
se tienta el sensible pecho,
cintura con cintura
cintura con cintura
codo con codo
firmo tu monte apodo
con amor de pintura.
Sin tenerme que acuclillar
levantando los brazos
uniendo las manos
sin lastimar mis rodillas.
Te empotro en la cáliz pared.
Estás a mi altura y mi red
ni más alta ni más baja.
Tu pelo color eritrismo
es puro erotismo.
Me interpongo con rigidez
en el perfecto encaje
en el mismo rodaje
pierdo mi timidez.
Qué bueno que has vuelto a publicar. Echaba de menos tus versos en este precioso rincón tuyo.
ResponderEliminarMe encanta la pasión que desprenden tus versos para volar.
De mis labios pronuncio
los besos que salen de tu boca
hasta llegar al alba del goce
rociando la húmedas de mi alma
crujiendo los huesos
entre las vertebras
de la columna del gemido.
Un beso.
Vuelvo con energía...
ResponderEliminarCruje el gemido
Acaracolado el beso
Chirría la espina dorsal
Saboreando tu sal
Extenuado de tu ruido. ..
qué bonito lo que has escrito. ¿Sabes que pensaba que seguías en silencio y no publicabas? y me acabo de llevar una sorpresa, Lluis, mañana entro más despacio y te comento las entradas que me faltan por leer.
ResponderEliminarBienvenido de nuevo.
Un besazo.