Tu cuerpo retorcido,
yo peino tus ramillas
yo sacio tus radículas
tu fruto prohibido.
Tus ramas frondosas,
yo acarició tu copa
y cada noche la luna
te poda
para hacer florecer
tus hojas.
Tú toda desnuda,
yo fluyo por tu
tronco
tú y yo sembramos
ternura.
Yo muevo tu follaje,
tú riegas la tierra
del barranco
tú sombreas el paisaje.
Tus alveolos impulsan
el polen
tus raíces sobresalen
de la tierra
tú humedeces mi leña,
lanzando un beso al
aire.
Rozo tu savia dulce,
te empapa la lujuria
en cada mañana del rocío.
Tú y yo estamos en la
cima,
tú y yo alimentamos
el musgo,
tú y yo pulimos la
corteza.
Todos los
ruiseñores
yacen en las flores,
y piolan nuestros
nombres.
Cada día escribes más bonito, Lluis, te felicito por tu precioso poema.
ResponderEliminarToda ella desnuda,
ante la mirada de tus ojos,
ante ti, vestida de tus caricias,
abrazando el paisaje de tu cuerpo.
Un beso.
Coincido con María, se te nota más inspirado al sentarte a escribir.
ResponderEliminarMuy Bonito Luis!
ResponderEliminar