El faro del fondo del mar
que apaciguas las olas.
Silenciosa
en tu atmósfera
y bombardeada
por suspiros,
del
espacio infinito.
Guías a
los navegantes perdidos.
Enamoras
a los delfines
y te
renuevas en tus fines.
Apareces
en cada ciclo de la mujer
iluminando
la anochecer.
Si luna
estrellada
te veo
reflejada
en cada
carcajada.
Mística
en tu tonalidad
das
rodeos sin parar,
te
acercas y te alejas
ligera en tu gravedad.
Eres
sangre de mi cuerpo
expulsada
de mi vientre.
Aún sigues tan hermosa
como la
primera rosa.
Posees la mar de la tranquilidad
serenando
mi embravecida
roja sangre ceñida,
al ver tu
pecho astral
y tu
labio carnal.
Qué profundo tu poema, cómo me ha gustado, y además, vuelo entre el mar de tu poesía.
ResponderEliminarEntre las olas del mar,
encuentras mis reflejos,
danzando sobre tus ojos,
vistiendo tu cuerpo,
desde el vientre
hasta tu pecho,
para saborear
los labios de mi boca
tan rojos como tu sangre.
Besos.