Yo te haré sentir el susurro de la caricia.
Y percibir el olor del fuego,
aquel que en las noches te tengo.
Y percibir el olor del fuego,
aquel que en las noches te tengo.
Tú haces que sienta el brillo del sonido,
el que se observa, al verte
y el que libera tu piel no inerte.
el que se observa, al verte
y el que libera tu piel no inerte.
Siempre hay más luz por las mañanas.
Si decido quedarme, es para contemplarte.
Pero si decido huir, es porque no sé como amarte.
Si decido quedarme, es para contemplarte.
Pero si decido huir, es porque no sé como amarte.
El otoño se apodera del ambiente,
el vendaval no miente
en sus hojas llorosas,
que caen en las sábanas
sin tus manos, ni rosas.
el vendaval no miente
en sus hojas llorosas,
que caen en las sábanas
sin tus manos, ni rosas.
¡Invierno!, pervierte ya mis escamas,
esas que anidan en las largas noches,
calor inhumano sin reproche,
extraño tu brasa y el arropar de tus poros;
en las cuales al despertarme,
no quieres levantarte, ni lavarte.
Ese olor horneado, es una delicia
que me inyecta tu natural medicina.
Un poema donde el invierno esta presente bajo esas mantas que dan calor y mucho más el humano ..Me alegro de volver a leerte .
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Gracias yo tb te voy leyendo
EliminarMe ha encantado este vestir y desvestir estaciones. Precioso.
ResponderEliminarMil besitos.
Gracias por estar allí
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