Nunca olvidaré a esa mujer
Esa que un día la quise amar
Que tenía un corazón en ruinas
Pero una inmensidad de inteligencia
Todo empezó con una gran amistad
Me perdí con sus ósculos
Para luego poseer sus lujurias
Cuando nos tumbábamos parecía una guerra
Para intercambiar nuestro amor
Toda nuestra vida era una alegría
Aunque sé que a veces tenía una gran soledad
Nunca la pude odiar
Pero un día perdió su fe
Podíamos haber tenido un gran éxito
Y la razón acabara teniendo razón
En su alma tenía una gran riqueza
Me enamore de ella y fue gran error
Mi cabeza perdió mi reputación
Nunca me importo su edad
Sus locuras hubiera eternamente sufrido
Poco y nada queda por hacer cuando una de las dos partes pierde su fe. A menos que este dispuest@ a recuperarla, claro, ahi si hay mucho que se pueda intentar.
ResponderEliminarSaludos!
esta poesia es muy bonita,
ResponderEliminardesde tu interior,intenta ver
las gracias que otras tienen,
dispones de tenacidad,
tambien de riqueza emocional,
abre la ventana de tu corazon,
tu sabes que tengo razon.
Todo acaba y todo empieza
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