Mi pálpito, tu pálpito, nuestro pálpito.
ese pálpito junto a la chimenea
ese tumbados.
ese bajo la nieve.
esa canción que nos palpitó.
esos besos que palpitaron
en nuestro rincón.
ese patinando.
ese en Palamós
paseando los dos.
Ese en la cúspide del
castillo.
ese calor en el pasillo.
ese en los canales del norte.
ese que te corté.
Mi fugaz pálpito, tu fugaz pálpito,
nuestro fugaz pálpito.
Esa arteria ya no habla
la vena ya no escucha
el pálpito del amor.
Ese sólo los dos,
pálpito de aroma de tus labios.
Pálpito de luz de tus ojos,
del viento ondeando tus pelos.
Aunque suene a los lejos.
Ese pálpito, cada mañana acurrucados,
ese pálpito de noche
bajo la luz de
la vela.
Ese que ladró.
Ese que retumba
en el silencio de la alma.
Mi rabia de pálpito, tu rabia de
pálpito, nuestra rabia de pálpito.
No supimos palpitar juntos,
ni siquiera palpitamos nuestra voz
en las palpitaciones difíciles.
Solo quise una cena de pálpitos.
Ay mi pálpito, ay tu pálpito, ay
nuestro pálpito.
¿Dónde se rindió?
¿En qué lugar se fugo?
Ese de tu sonrisa.
Esos de tus joyas.
Ese que se me clava
en tu mirada,
y surge pálpito de
lava.
Amo tu pálpito, amo mi pálpito, amo
nuestro pálpito.
Ese que perdí.
Ese que se rompió.
Ese que quiso hablar
para convertirlo en amar.
Ya no hay mí, ya no hay tú, ya no hay
nuestro
palpitó en nuestra sangre,
que obturaban nuestros corazones,
bombeando luz, a los cuatro vientos,
de nuestros ojos,
ilusionando nuestros sentimientos.
Si, ese pálpito con tiempo y anhelo
se hubiera convertido
en nuestro cobertizo.
levitando un circular pálpito,
en tu suave y desatado dedito.
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