Podré arrimar mis manos
desatando tus delicados tirantes
vislumbrando los cuadrantes,
y los filamentos atoran tus santos.
Podré contornear tu busto
mirando, tu elegante encaje,
empitonándose con coraje
en el translúcido portabusto.
Podré acariciar sutil
en tus dunas, color desierto,
perdiéndome entre arena y perplejo,
con la cremosa yema varonil.
Podré aligerar tu
corchete
Desvistiendo, tus senos,
hechizado por tus ojos
morenos
hermosa copa y agitado chupete.
Unos versos muy sensuales, así como la imagen.
ResponderEliminarArrimas tus manos
al contorno de su busto,
retorciendo sus gemidos,
alimentando el placer
de pecar hacia el infierno.
Un beso.