Capitulo anterior Transmisión
Ellos estupefactos empiezan a hablar y saben de lo
que hablan, me toman la tensión y el ritmo está muy débil, les cuesta
tomarla y hablan entre ellos, pero todo es inútil mi cuerpo se apaga. Mi
alma empieza a desprenderse de mi cuerpo, lo veo, lo noto en mi
interior, es el precio que he tengo que pagar pero no me importa. Los
ruidos y las voces se pierden en el aire, mi alma sale poco a poco de mi
cuerpo y veo al fondo del pasillo como viene un carro de reanimación, todo es
inútil. Mi cuerpo para de bombear sangre, cierro los ojos y mi alma se
desprende y sube hacia el techo con mucha lentitud, mientras en mi mente
pasan las imágenes de mi vida lentamente, pero cada vez con mayor rapidez. La última imagen es una sonrisa, todo queda en blanco y la oscuridad está conquistando todo
el territorio.
Esa alma se queda allí arriba mirando mi cuerpo. De
repente sale por la puerta de cristal la sonrisa perfecta, todos se quedan
parados, anonadados, sin palabras, aún tiene algún cable suelto por su cuerpo como si se hubiera arrancando ella misma, desde ahí arriba se contempla todo perfectamente.
Se arrodilla al lado de mi cuerpo, mira mi cara, se pone las manos en su
rostro porque sabe perfectamente lo que ocurrido, lo sabe. Lo ha visto aunque ella
estuviera inconsciente, ya no estoy, me he ido y sus ojos se ponen vidriosos
y desde sus pestañas salen dos gotas cristalinas uniformes.
Esas gotas caen en cámara lenta desde su inicio de las glándulas hasta
su final del tallo; desde allí arriba tengo todos los ángulos que no os podéis
imaginar, esas gotas se desprenden de su cuerpo, caen al vacío, se imperfeccionan a causa de las
pequeñas turbulencias del aire, son suficientes para dos gotas saladas, caen, caen y caen hasta llegan a su destino. Se posan en medio de mis labios
inferiores y resbalan desde el centro hacia los lados, mientras las gotas son absorbidas
en su trayectoria, hasta que llegan al final de la unión labial, donde
desaparecen el rastro del fluido celestial.
Mi alma se queda parada y todo está
confuso, empiezo a notar como baja a poca velocidad hacia mi
cuerpo, la oscuridad va desapareciendo, la luz gana en su espacio. Cada
vez la alma corre mas y mas hacia mi cuerpo, las imágenes aparecen por
arte de magia a velocidad de la luz. Soy incapaz de apreciar que imágenes son;
estoy a punto de colisionar contra mi cuerpo, y me introduzco dentro de él.
Está
frío muy frío, no entiendo que ocurre, el corazón bombea dos gotas una por la
arteria aorta y la otra por la vena cava, esas gotas corren por mi cuerpo a gran velocidad frenética, hasta que se recientemente ellas, y colisionan en mi interior de mi cabeza.
Mis neuronas se iluminan desprendiendo un azulado eléctrico,
noto como el frío desparece y la sangre empieza a moverse gracias al impulso recibido desde el corazón.
Abro los ojos
con cautela, la luz me ciega pero poco a poco voy aclarando la vista. Veo su silueta, todos se quedan
otra vez quietos, ella ha girado la cabeza así que no sabe que mis ojos la
contemplan. Digo claramente con voz suave y floja pero suficiente para que la
oiga.
-Hola Sonrisa Perfecta.
Queréis que tenga una tercera parte………o con este final os vale.
Podéis comentar en mi blog.
Precioso, a mi me ha gustado mas la segunda parte y no se si deberias hacer una tercera parte el final es bueno, pero esto ya es cosa tuya!
ResponderEliminarMe ha encantado! Para mi no hay mejor final que este..
ResponderEliminar;)
Yo creo que debes seguir escribiendo, es bueno para ti, y encima, son bonitos tus pensamientos. te quiero extraño desconocido.
ResponderEliminarPodrías escribir una tercera parte, pero personalmente prefiero quedarme con este precioso final.:)
ResponderEliminarEs un precioso final.
ResponderEliminarMe quedo con esa sonrisa perfecta, que les devuelve la vida a los dos.
Me ha encantado . Enhorabuena.