Cuando mi
pupila ve la luz de cada mañana.
Saboreo su alma,
Percibo los corchetes de su
tez,
Contemplo su aroma,
Sonrió su madurez,
Olfateo su corazón,
Amo su delicadez,
Beso su voz.
Cuando su
iris ve la luz de la noche.
su alma es Saboreada,
su delicadez aun la Ama,
su aroma es Contemplada,
su corazón Olfatea,
su tez espera ser Percibida,
su madurez la Sonríe,
su voz la Besa.
La voz que besa el alma, percibiéndola con el sonido del silencio, sobre las notas de una balada.
ResponderEliminarMe encantó esta entrada, que pensaba era actual, pero veo que es del año 2014, gracias por traerme hasta aquí, que este poema no lo conocía.
Un beso.